Soy el superviviente de mí mismo.
Con los años cada pasión alcanza su vacío,
pureza o levedad
con la que ven mis ojos
tibios y preparados para mirar más lejos.
Sólo la voz contiene -y ejerce- ahora todo.
Y el cuerpo deja el rastro lineal del silencio,
del hermoso sentido lúcido de un destello
al mediodía limpio sin declive vivido.
Como escalar el tiempo bajo esa necesaria
comprensión del que sabe que el triunfo era otro.
Carlos Medrano (Salamanca, España, 1961).Poeta.