Fuiste moradora del bosque; llovizna de tequila
entre las extensas dunas,
y en tus ojos, el desierto
clama, por cuánta savia derramada
sobre tu frágil cuerpo de paloma derruida.
(Yerma de soledades, o princesa,
daba lo mismo. Aquello, era belleza.)
Bajo las enaguas, corre roja la sangre tranquila
entre un mar de caricias,
y en tus manos, el vacío
invoca, tristezas de silencios en un crujir
[de acero.]
Ensordecía, raro, tu dolor en la acera.
(Yerma de soledades, o princesa,
daba lo mismo. Aquello, era belleza.)
Sandra Rubio Castillo (Jerez, Andalucía, España, 1983). Estudió Técnico Superior de Diseño Gráfico Publicitario en la Escuela de Artes en Jerez. Poetisa y pintora. Ha publicado poemas en algunas revistas literarias.