Recuerdo perfumes delicados:
dondequiera que esté
volveré a casa.
Hemos abierto una manta en el suelo del jardín.
En medio de la noche esperamos la nieve,
el viejo cementerio, el hospital
donde la abuela vio su último verano.
Soñaba como el faraón siete espigas rebosantes
y siete espigas muertas.
Había plantado en el jardín dos hileras de rosas
y alguna vez miró
ramas cargadas en árboles frutales,
parra encendida sobre alguna fuente
las maldijo.
Como Narciso contemplo mi rostro en un cristal.
Leíamos a Homero y sin querer
el viento dispersó unas hojas secas.
Como huelen las fuentes, las estancias,
así huelen los miembros descubiertos.
Hoy he visto trigales y a París,
cedro funerario en el sur de la costa.
Como un cruzado atisbando en la fronda
he visto las nieblas del amor.
Cuando dispuse mi brazo entre las mantas
otros labios vinieron a besar
los músculos, el torso
de los días sepultados.
José Félix León (Pinar del Río, Cuba, 1973). Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana. Poeta y autor de relatos. Ha publicado varios libros de poesía y ganado diversos certámenes literarios.