Los pobres son muchos
y por eso
es imposible olvidarlos.
Seguramente
ven
en los amaneceres
múltiples edificios
donde ellos
quisieran habitar con sus hijos.
Pueden
llevar en hombros
el féretro de una estrella.
Pueden
destruir el aire como aves furiosas,
nublar el sol.
Pero desconociendo sus tesoros
entran y salen por espejos de sangre;
caminan y mueren despacio.
Por eso
es imposible olvidarlos.
Roberto Sosa (Yoro, Honduras, 1930 – Tegucigalpa, 2011). Catedrático de literatura y colaborador en diarios y revistas. Poeta. Entre sus galardones: Premio Adonáis de Poesía (1968) y Premio Casa de las Américas (1971). En 1990 el gobierno de Francia le otorgó el grado de Caballero en la Orden de las Artes y las Letras.