Niño soñando caricias
Ya muy temprano supe
que la vida tenía
un sabor a membrillos
-y a mí no me gustaban-
No guardo buen recuerdo de aquel tiempo,
igual que no lo guardo de mi padre
que a veces olía a vino,
a historias de tabernas,
y a mujeres
que llamaban “perdidas” en el pueblo.
Yo inventaba su amor
-aquel que no sabía demostrarnos-
y soñaba caricias
en su mano gigante.
En una siesta de verano,
al contemplar furtivo,
sobre el manso oleaje de la cama,
su cuerpo despojado
y el sexo que irrumpía misterioso,
se decidió mi porvenir impuro.
Acepté mi destino.
Juan Calderón Matador (Alburquerque, Badajoz, 1952). Poeta, dramaturgo, autor de relatos, compositor, actor y pintor.