Noche, rencor, determinados árboles
En un tiempo
el tiempo precipitó la noche
adentro
escarbaba el metal a lo ancho de la tarde
y sus manos descolgándose
iniciaron el acto de hablar a solas
ese tránsito inútil
para morir a mediados del engaño.
Hablo
de estar bajo mis párpados
hasta dolerme otras veces;
levantarme quizás
desplazar mis ruinas como un hecho inadvertido:
sólo una forma humana es la terrible realidad...
ignorar sus ojos
el vientre aplastar porque mana a golpes de hacha.
Todo sea un hábil rencor a la medida del plomo
de otro modo
no hallarás la espuma
el claro que la noche delata
y nos ofrece su manía de hojas silvestres.
Tal vez, música cubierta por un cuerpo ausente,
descubras detrás de cada muro
el silencio del parque
engañoso y oculto por los lumínicos que la ciudad encierra
o el ruido melancólico
de determinados árboles.
Elio Javier Bellejero (Santa Clara, Cuba, 1979). Poeta y narrador.