Carlos Barral


Sería como un cielo estriado,
tirante, que barren las capas más altas del viento,
una sombra más fría
cruzando en tus ojos redondos
la sombra agresiva de las siestas de agosto.
Igual que las raíces de un agua inacabada
que persiste en los cuerpos bajo la piel ardiente
y otra vez nos acerca y humedece el silencio.
Como un celaje de altamar a franjas
que haría nuestro amor aventurado
y quizás casi adúltero, que haría
más oscura la curva de tu vientre
en los nervios del alba,




cuando acude ese otro azul más denso
y no se sabe si comienza o termina la jornada.

Sería congruente con las voces
de los que vuelven de la mar,
con las series sonoras:
ruido de estiba y pasos y de nuevo
el crujir de madera de las cajas
y el caminar pesado de las botas
y otra vez el crujido, con que hostiga

la mañana a los cóncavos del sueño
y tropiezo en tu cuerpo, cuando el agua
es todavía acero en que el azul pretende,
inercia de otro espacio y cavernosa
materia indefinida de tiempo o de bonanza.


Carlos Barral y Agesta, (Barcelona, 1928 - 1989). Poeta, memorialista, editor y senador.